El
carácter social de las organizaciones productivas es reconocido
por las teorías económicas más antiguas. La producción
económica es por sí misma un continuado tejer de relaciones
humanas, de intercambio y -por lo tanto- de un reparto de tareas y funciones.
Aunque lo propio de la organización -empresa sea la obtención
de un excedente, en último término su actividad está
subordinada a los fines de la comunidad en la que se desarrolla.
En el siglo XVIII, Adam Smith formula su teoría del mercado de
competencia perfecta, según la cual el libre juego de la oferta
y la demanda y la búsqueda privada de la ganancia monetaria no
sólo no disolvía la cohesión social, sino que suponía
la solución idónea para la pobreza.
Acontecimientos recientes han puesto en duda la solvencia de esta teoría,
replanteando nuevamente las competencias y responsabilidades de las
empresas en el plano social, implicándo a éstas en un
papel que va más allá de la mera cuestión técnica
y económica. Se habla de la responsabilidad social como una nueva
dimensión empresarial perocupada por el concepto de sostenibilidad,
en el que tienen cabida a un mismo nivel las facetas económica,
social y medioambiental. El desarrollo sostenible se sitúa como
fin a alcanzar por medio de la adecuada implantación de un modelo
de empresa socialmente responsable.
AECA, de manera análoga a lo realizado
en otras áreas de conocimiento, inicia con este Marco Conceptual
una nueva línea de investigación encaminada a dotar a
la responsabilidad social corporativa de una base teórica consistente.
Este Documento pretende establecer los conceptos básicos y objetivos
sobre los que construir un sólido edifico para el desarrollo
conceptual y práctico de la responsabilidad social corportiva,
que permitirá elaborar otros documentos y guías de actuación
para las empresas y los distintos grupos sociales afectados por éstas.